Nota: La Jornada
Tijuana, 21 de septiembre .-Miles de migrantes han cruzado a Estados Unidos desde México en los últimos días y muchos más aún están llegando en autobuses y trenes de carga a ciudades fronterizas mexicanas, luego de registrarse flujos migratorios récord al sur del país latinoamericano.
El dramático aumento a lo largo de la frontera entre los dos países -especialmente en San Diego, California, y las ciudades texanas de El Paso y Eagle Pass- marca un punto de inflexión después de que las cifras se desplomaran en los últimos meses, y podría crear nuevos desafíos políticos para el presidente estadounidense, Joe Biden, de cara a las elecciones.
En mayo, Biden implementó una nueva política para disuadir los cruces ilegales, incluida la deportación de migrantes y la prohibición del reingreso durante cinco años, mientras su administración lidiaba con la migración en niveles récord.
En un mes, las medidas más duras hicieron que la tasa de cruce de fronteras cayera alrededor del 70%.
Pero un reciente aumento en las llegadas a la frontera, combinado con un número mucho mayor de personas en camino hacia el norte a través de América Central y del Sur y en peligrosos trenes de carga a través de México, sugiere que el efecto disuasivo inicial está desapareciendo.
Los expertos dicen que Estados Unidos carece de la capacidad para detener y procesar a migrantes en la frontera, lo que a menudo hace imposible que el Gobierno ejecute las duras sanciones que anunció en mayo.
Como resultado, algunos solicitantes de asilo que cruzan ilegalmente están siendo liberados en Estados Unidos con una fecha de corte futura, en lugar de ser deportados, convirtiéndose en historias de éxito que se repiten a los migrantes que aún están en camino.
«La (administración Biden) ideó una estrategia inteligente, pero no tiene los recursos ni la capacidad para implementarla», dijo Andrew Selee, director del Instituto de Políticas Migratorias.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, cuestionó el jueves de la falta de un plan internacional para ayudar a los países a sacar a sus ciudadanos de la pobreza y así evitar un factor clave de migración. Elogió a Biden por crear vías legales para los inmigrantes, pero dijo que era necesario ampliarlas.
.
«TENEMOS QUE HACER ALGO»
El miércoles por la noche en Tijuana, frente a San Diego, varias docenas de personas se prepararon para pasar la noche durmiendo en el suelo en un punto de entrada fronterizo antes de sus citas para el día siguiente, aseguradas a través de una aplicación móvil llamada CBP One, para ingresar a Estados Unidos y solicitar asilo.
Pero no todo el mundo quiere esperar.
«La familia de mi esposa y otras personas que llegaron con nosotros a México decían que se aventaron (cruzaron sin cita previa) y que no pasó nada», dijo el migrante venezolano Óscar Suárez, de 27 años, sentado en una plaza de Tijuana, cerca de la frontera, acompañado con su esposa embarazada, un hijo de dos años y dos hermanos.
Suárez dijo que prefería probar la misma estrategia en lugar de esperar una cita de CBP One. La demanda de citas supera con creces los 1,450 horarios disponibles en toda la frontera por día, y añadió que le preocupaba que su familia no sobreviviera a una larga espera.
«El dinero ya se nos acabó, no tenemos ni para comer. Todos los albergues en Tijuana están llenos, algo tenemos que hacer», agregó.
Enrique Lucero, director de asuntos migratorios de Tijuana, dijo que la migración se desaceleró después del cambio de política estadounidense en mayo, pero que en las últimas semanas se ha ido recuperando. Las autoridades han contado 65 nacionalidades diferentes en la ciudad, dijo.
Cientos de inmigrantes que cruzaron sin cita previa se han visto obligados esperar entre los muros fronterizos.
En los últimos ocho días, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por su sigla en inglés) procesó a más de 5,000 inmigrantes en el área de San Diego, dijo el jueves un funcionario de esa ciudad.
En Ciudad Juárez, frente a El Paso, cientos de migrantes pasaron entre alambres de púas para cruzar el Río Grande hacia Estados Unidos, formando una fila junto a la frontera mientras esperaban ser procesados por funcionarios estadounidenses.
CBP ha registrado más de 1,000 encuentros con migrantes diariamente en el área de El Paso en los últimos días, según datos publicados por la ciudad.
Los migrantes también están cruzando el río en la ciudad texana de Eagle Pass, donde funcionarios firmaron una declaración de emergencia el martes para buscar financiamiento para servicios adicionales, y el operador ferroviario Union Pacific dijo que se vio obligado a cerrar temporalmente el servicio a México.
Los grupos de migrantes han llegado a ser de 1,000 o 2,000 personas, incluidos varios cientos de migrantes que desafiaron una tormenta de granizo para cruzar el río.
El operador ferroviario mexicano Ferromex suspendió esta semana el servicio en 60 trenes para desalentar a los migrantes a viajar peligrosamente hacia el norte del país en vagones de carga.
VIAJES LARGOS
Un récord de unas 82,000 personas ingresó el mes pasado a Panamá por tierra desde Sudamérica, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cruzando la peligrosa selva del Tapón del Darién que se ha transformado en los últimos años de una barrera casi infranqueable a una vía migratoria.
Hasta medio millón de personas podrían terminar cruzando hacia fin de año, el doble que en 2022, dijo Giuseppe Loprete, jefe de la OIM en Panamá.
La mayoría de las personas que cruzan el Darién abandonaron sus países de origen debido a la falta de empleo, según una encuesta de la ONU de julio.
Un número sin precedentes de migrantes que ingresan a México provienen de otros continentes, a medida que el viaje hacia la frontera sur de Estados Unidos se convierte cada vez más en una ruta migratoria global.
El número de migrantes africanos registrados por las autoridades mexicanas en lo que va de año ya triplica al de todo 2022.
«Es un asunto estructural, de fondo. Hay una crisis mundial, exacerbada, en muchos países, la gente no sale de sus países por gusto, lo hacen por necesidad», dijo el jueves el presidente López Obrador.