Por Miguel Ángel Millán
* Miguel Ángel Millán es interventor educativo con discapacidad y asesor en tecnología adaptada.
El reciente paso del huracán Otis representa para Acapulco no solo la oportunidad de una vasta reconstrucción física, sino también una oportunidad única para reimaginar su enfoque hacia el turismo.
En medio de la devastación, la comunidad ha mostrado una resiliencia y solidaridad impresionantes, valores que pueden ser el cimiento para desarrollar un turismo más incluyente. Este artículo explora cómo el turismo incluyente puede ser una oportunidad dorada para Acapulco tras el huracán, sus ventajas potenciales y las medidas necesarias para su implementación.
El turismo incluyente se centra en garantizar que los beneficios del turismo se distribuyan ampliamente entre todos los sectores de la sociedad, incluyendo a aquellos tradicionalmente marginados.
Para Acapulco, esto significa reconstruir no solo para recuperar lo perdido, sino mejorar en lo posible, creando un destino turístico que sea accesible y disfrutable para todos, independientemente de sus capacidades físicas, económicas o sociales.
La adopción de un enfoque incluyente en el turismo tiene varias ventajas. Primero, mejora la imagen del destino. Un Acapulco que abraza la inclusión se destaca como un líder en responsabilidad social y sostenibilidad, atrayendo a un segmento de mercado que valora estos principios. Además, al ser un destino turístico que acoge a todos los visitantes por igual, se amplía el mercado potencial, abriendo puertas a grupos de personas que tradicionalmente han sido ignorados por la industria turística.
Para lograr este enfoque incluyente, Acapulco debería tomar varias medidas. Primero, es crucial involucrar a las comunidades locales en el proceso de reconstrucción y desarrollo turístico. Esto asegura que el turismo sirva a las necesidades de la población local y no solo a los intereses comerciales externos. La infraestructura reconstruida debe ser accesible para todos, lo que implica no solo rampas y ascensores, sino también servicios asequibles y comunicación efectiva que tenga en cuenta diversas necesidades, incluyendo las de personas con discapacidades sensoriales o cognitivas.
Además, el desarrollo de experiencias turísticas que celebren la diversidad cultural y natural de Acapulco puede atraer a un público más amplio y fomentar un turismo sostenible que beneficie tanto a visitantes como a locales. La capacitación del personal en temas de inclusión y accesibilidad es también fundamental para asegurar que todos los visitantes reciban una bienvenida cálida y un servicio considerado.
La reconstrucción de Acapulco tras el huracán Otis es, sin duda, un desafío monumental. Sin embargo, en este desafío yace la oportunidad de transformar a Acapulco no solo en un destino más bello, sino en uno más inclusivo y sostenible. Mediante la adopción de un turismo incluyente, Acapulco puede establecer un nuevo estándar para destinos turísticos en todo el mundo, demostrando que es posible y beneficioso construir un futuro que acoge a todos.
