¿Y la Discapacidad? El Gran Olvidado en las Promesas Presidenciales

Por Miguel Ángel Millán*

* Miguel Ángel Millán es interventor educativo con discapacidad y asesor en tecnología adaptada

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En el último debate presidencial mexicano quedó en evidencia un olvido tan notorio como preocupante: la falta de propuestas concretas en materia de inclusión para las personas con discapacidad. 

Mientras los candidatos desplegaban su arsenal de promesas para cada grupo vulnerable imaginable, la discapacidad fue relegada a un segundo plano, con la única mención siendo un tímido intento de comunicación en lenguaje de señas por parte del candidato de Movimiento Ciudadano. Una muestra que pareciera más un gesto para la foto que un compromiso real con la accesibilidad y la inclusión.

Este olvido no es un caso aislado, sino un reflejo de la continua marginación de la discapacidad en la agenda política. Parece que nuestros políticos solo consideran a la población con discapacidad como personas que únicamente estiran la mano para recibir algún apoyo económico de vez en vez, un programa asistencialista que apenas alcanza para cubrir las necesidades básicas, pero que está lejos de ser una solución integral.

¿Acaso no es irónico que aquellos que prometen velar por los derechos de todos los mexicanos, olviden tan fácilmente a más de 7 millones de personas con alguna discapacidad? ¿No debería ser prioritario crear políticas que no solo asistan, sino que verdaderamente incluyan? No basta con repartir apoyos económicos, se requieren medidas que contemplen la educación inclusiva, el acceso a oportunidades laborales dignas, y sobre todo, que garanticen la eliminación de barreras arquitectónicas y sociales que día a día enfrentan millones de personas. 

La inclusión de las personas con discapacidad debería estar en el centro de cualquier política de desarrollo social y económico, ya que el verdadero progreso de una nación se mide por cómo trata a sus miembros más vulnerables. 

Necesitamos propuestas que entiendan que la discapacidad no es una condición aislada, sino una parte integral de la vida de muchas personas que merecen el mismo respeto y oportunidades que cualquier otro ciudadano. 

Es hora de que los candidatos pasen de las palabras a la acción y demuestren que su compromiso es real y no solo una estrategia de campaña. La inclusión de las personas con discapacidad es algo que debería importarnos a todos, pero especialmente a nuestros futuros gobernantes. 

Ninguno de nosotros está exento de experimentar una discapacidad, ya que hay multitud de factores que pueden contribuir a su aparición en cualquier momento de nuestras vidas. 

En la medida en que nuestra sociedad esté preparada para atender y apoyar a las personas con discapacidad, estaremos construyendo un país con menor desigualdad y mayores oportunidades para todos. La discapacidad necesita ser parte de la conversación nacional, no como un tema secundario o una nota al pie, sino como una prioridad evidente que refleje la urgencia y la importancia que merece.

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