¿Podrán los robots superar a un perro guía? La tecnología que promete revolucionar la movilidad de personas ciegas. 

*No se trata solo de rampas o señalizaciones en Braille, sino de innovación al servicio de la autonomía.

Por Miguel Ángel Millán*

* Miguel Ángel Millán es interventor educativo con discapacidad y asesor en tecnología adaptada.


¿Perros guías robóticos? Suena a ciencia ficción, pero ya son una realidad. La Universidad de Glasgow ha desarrollado un dispositivo llamado RoboGuide Dog, una tecnología pensada para asistir a personas ciegas o con baja visión, funcionando como un perro guía tradicional, pero impulsado por inteligencia artificial y robótica avanzada. Este desarrollo no solo representa un hito tecnológico, sino una posible revolución en la movilidad y autonomía de millones de personas en el mundo. 

El RoboGuide Dog es un robot cuadrúpedo que utiliza sensores, cámaras y algoritmos de navegación para detectar obstáculos, leer el entorno en tiempo real y guiar de manera segura a su usuario. A diferencia de un bastón blanco o incluso de un perro guía convencional, este robot puede identificar rutas alternativas en caso de bloqueos, adaptarse a nuevos entornos sin entrenamiento previo y responder a comandos verbales. La idea de sus creadores es ofrecer una herramienta más versátil, capaz de funcionar en lugares tan diversos como aeropuertos, centros comerciales o universidades. 

Uno de los aspectos más interesantes de este dispositivo es su capacidad para crear mapas tridimensionales del entorno mediante sensores LIDAR, lo que le permite anticipar cambios en el terreno, detectar escaleras, pendientes o superficies resbaladizas. Además, cuenta con una interfaz auditiva que se comunica con el usuario en tiempo real, explicándole situaciones específicas como: «hay una puerta abierta a la derecha» o «hay una persona parada en tu camino». Esto no solo mejora la navegación, sino que brinda información útil para la toma de decisiones en contextos dinámicos. 

El equipo de investigación también ha priorizado la interacción social. A diferencia de un robot frío o distante, el RoboGuide Dog está diseñado con una personalidad amigable y responde a interacciones con cierta calidez, imitando algunos comportamientos de un perro real, como inclinar la cabeza o emitir sonidos suaves. Esta característica puede parecer un detalle menor, pero representa un componente emocional importante, especialmente para personas que dependen diariamente de un compañero guía. 

A pesar de sus avances, el RoboGuide Dog todavía se encuentra en etapa de pruebas. Los investigadores están realizando estudios con usuarios reales para afinar la respuesta del sistema en distintos contextos urbanos y rurales. A largo plazo, se espera que este dispositivo pueda complementar –no sustituir– las opciones actuales de asistencia, como los perros guía vivos o el bastón blanco, pero ofreciendo una alternativa viable para quienes no pueden acceder a ellos por razones económicas, logísticas o personales. 

El desarrollo de tecnologías como el RoboGuide Dog nos obliga a replantearnos cómo definimos la inclusión. No se trata solo de rampas o señalizaciones en braille, sino de innovación al servicio de la autonomía. Si bien aún falta camino por recorrer antes de que este tipo de robots esté disponible comercialmente, su existencia nos demuestra que el futuro de la asistencia visual ya no depende únicamente del entrenamiento de un perro, sino también de la precisión de una máquina. 

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