Nació completamente sorda y cuando cumplió diez años perdió la vista. Lo que nunca le ha faltado a Mireia Mendoza, una joven de Mallorca, España, es pasión por el mundo de la moda, que ha sabido ajustar como un guante a sus necesidades comunicativas. Ha creado un proyecto inclusivo en redes sociales en el que cuenta cómo es ‘desfilar por la vida’ con sordoceguera, lo mismo en Instagram que en Facebook.
“Me llamo Mireia, mi signo es con el índice derecho de dos vueltas hacia fuera en horizontal a la altura del ojo, soy de España y nací en 1993. Soy una persona sordociega y modelo (…) Mi objetivo es dar visibilidad a las personas con discapacidad y principalmente, dar a conocer y investigar la sordoceguera. Con mi trabajo quiero conseguir abrir las puertas del mundo de la discapacidad para todos y eliminar las barreras que existen en nuestra sociedad, alcanzar la igualdad, la plena inclusión y la accesibilidad universal mediante la sensibilización de la población”, cuenta en su más reciente posteo de Facebook, donde aparece sonriente y con unos lentes oscuros.
La joven, que tiene 29 años, está acostumbrada a ser la primera en casi todo. Debido a una rara enfermedad denominada el síndrome de Usher, Mireia tuvo que colocarse “un implante coclear a los cuatro años, el primero en un hospital de las Islas Baleares”, explica en una entrevista a Servimedia.
“A los diez años me detectaron una enfermedad visual llamada retinosis pigmentaria que provoca la pérdida progresiva de la vista”, añade. “Mi grado de visión es muy reducido, apenas un 10 %. De noche no veo nada en absoluto”.
Ella es consciente de que en unos años perderá hasta ese exiguo resto visual y dejará de ver definitivamente. “Estoy preparándome porque lo tengo asumido y tendré que aprender otros sistemas de comunicación como el braille o el dactilológico para no quedarme aislada”.
A Mireia la enfermedad le ha privado prácticamente de dos de los cinco sentidos, lo que nunca ha frenado su espíritu inquieto y decidido.
Pisando fuerte por la inclusión
En 2019 debutó en el modelaje a lo grande, pisando fuerte sobre una de las pasarelas más prestigiosas del circuito internacional de la moda: la ‘Milan Fashion Week’. Desfiló con el bastón blanco y rojo de la sordoceguera y guiada por otra modelo. “Fue una experiencia preciosa, sentí un enorme orgullo y empoderamiento inexplicable”, recuerda la joven. “Soy sordociega, pero aquí estoy”, pensé.
La modelo rememora aquel instante como un momento “único y extraordinario”. Al fin y al cabo, se acababa de convertir en la primera modelo sordociega del mundo. “Creo que los asistentes debieron alucinar”, asegura. “Para mí fue una de las mejores experiencias de mi vida”.
Desfilar subida a unos zapatos de tacón no es ningún inconveniente para esta modelo con discapacidad cuando desde pequeña ha tenido que enfrentarse a muros mucho más altos. “Las barreras que he tenido que sortear son, por ejemplo, estar sin intérprete de lengua de signos ni mediador comunicativo siendo sordociega”, explica Mireia.
“La verdad es que puedo hablar con los oyentes, pero la comunicación no es fácil. Como algunos no saben lengua de signos me hablan más despacio y fuerte”, asegura. Esta autodidacta que lo ha aprendido todo sobre la moda por sí sola lo tiene muy claro: “No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino las barreras que pone la sociedad”.
Conocer la sordoceguera
Tras su paso estelar por Milán, Mireia ha repetido como modelo desfilando para la ‘Semana de la Moda de Madrid’ en la edición de 2019 y la de 2023. Su concepto de moda con mensaje inclusivo va más allá de la pasarela. La joven ha creado el proyecto MM Deafblind Model (modelo sordociega en inglés), un proyecto que pretende visibilizar la visibilidad de la sordoceguera.
“Mi misión es hacer sesiones de fotos con diferentes profesionales como fotógrafos, diseñadores de moda, maquilladores y peluqueros; impartir conferencias o charlas informativas sobre la discapacidad a colegios, universidades, asociaciones; y participar en eventos de moda”, relata.
“Quiero es mostrar al mundo de la moda que las personas con sordoceguera y otras discapacidades somos una parte valiosa de la sociedad. No todos somos iguales, pero todos somos capaces de hacer lo que nos propongamos”, sentencia con paso decidido.
Antes de llegar a ser modelo de alta costura, Mireia fue cajera de supermercado, dependienta en una tienda de ropa y vendedora de cupones de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE). Llegó a repartir nueve millones de euros (más de 125 millones de pesos) con el un premio llamado “Cuponazo”.
Así que Mireia Mendoza es una mujer afortunada que no sólo reparte suerte, sino que trabaja duro para lograr una carrera exitosa en el complicado, y no exento de obstáculos, mundo de la moda.
Esta información ha sido elaborada por la agencia de noticias Servimedia y publicada previamente en sus portales de información www.servimedia.es y www.discamedia.es.