Tras el huracán John, familias jornaleras de la Montaña migraron en 5 autobuses a Sinaloa

Texto y fotografías CDH Tlachinollan

Tlapa, Guerrero, a 21 de octubre de 2024. Después de 28 días del desastre causado por el huracán John en la Montaña de Guerrero, 245 jornaleras y jornaleros de las comunidades nahuas de Chiepetepec, Tres Caminos, Tlatlauquitepec y Ayotzinapa, municipio de Tlapa; Cacahuatepec y Cuautololo del municipio de Copanatoyac, Chimixtla y Chalma, municipio de Atlixtac; Loma Encino, municipio de Iliatenco; Tapayoltepec y Colombia de Guadalupe del municipio de Malinaltepec, salieron entrada la noche en 5 autobuses a los campos agrícolas de Sinaloa al corte de verduras chinas.

Una señora de la comunidad de Chiepetepec que abrazaba a su pequeña niña de dos años comentó que iban al campo Buen Año de la empresa Golden Fields en Sinaloa. “Nos vamos a trabajar desde las cinco de la mañana hasta las seis de la tarde, pero en el mes de diciembre salimos más temprano. La mayor parte del trabajo es por tarea, pero es muy pesado. Tengo que dejar a mi niña en una guardería por 12 horas, porque tengo miedo de que le pase algo entre los surcos. Por necesidad no me queda otra que seguir cortando vegetales. Son verduras chinas que poco se miran en la Montaña porque las exportan a Estados Unidos y China, son para ellos”.

Francisco Crescencio, mayordomo, dijo que “al llegar a los campos agrícolas el trabajo consiste en desyerbar, y cuando hay más trabajo es con el corte de verduras chinas. En ocasiones los trabajos terminan entre las dos y las cinco de la tarde, dependiendo de la rapidez de la persona. Cada caja de verdura se paga en 15 y 30 pesos. Las jornaleras y jornaleros más rápidos alcanzan a juntar entre 15 y 20 cajas, mientras que los que van más lento logran cortar ocho cajas”.

Desde la mañana de este lunes 21 de octubre empezó el trajinar de las familias jornaleras. Cargan con sus enseres domésticos, petates para pernoctar, varias cambias de ropa, parrillas para cocinar, incluso paquetes de minsa (harina de maíz) para sortear el hambre. Los rayos del sol estaban candentes cuando las familias desfilaban una a una a los autobuses, contrataban carros particulares o pasajeras de sus comunidades para trasladar sus maletas de ropa y costales de despensa. Esperaron hasta que los mayordomos y la trabajadora social de la empresa dieran las indicaciones para poner en marcha el viaje.

Los mayordomos (término de la época esclavista, fincas, haciendas) de las mismas comunidades cargaban sus listas de las y los jornaleros. Llegó el momento en que los choferes abrieron la cajuela de los autobuses para que las familias guardaran sus pertenencias. Después de largos minutos mujeres, hombres, niñas y niños se arremolinaban en la puerta del autobús. Los mayordomos con las listas en las manos nombraban a las jornaleras y jornaleros uno por uno para que fueran subiendo y se acomodaran en sus asientos. Pronto tomaron el camino rumbo a Tlapa porque el Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña (CJAM) realizaría el registro de la diáspora de las familias.

Al filo de la dos de la tarde los cinco autobuses arribaron a la Unidad de Servicios Integrales (USI), mejor conocida como la casa del jornalero. Se hicieron grandes filas para que cada familia registrara a todos sus integrantes en una base de datos que todos los años elabora el Consejo de Jornaleros Agrícolas. Al terminar cada familia buscó un lugar para consumir alimento caliente que brinda el CJAM.

Alrededor de las 7 de la tarde las familias jornaleras emprendieron el largo viaje a los campos de Sinaloa. De acuerdo con Francisco el recorrido de Guerrero a Sinaloa es de 36 horas, es decir, estarán llegando a las 7 de la mañana del miércoles 23 de octubre. 

Esa mañana será vertiginosa porque las familias van a acomodar sus maletas, petates y enseres para que antes de irse a trabajar todo quede instalado. Les esperan jornadas extenuantes, y por eso muchos jóvenes portan sus audífonos para poner sus canciones preferidas entre los surcos. Ante las pérdidas de sus cultivos por el huracán John tienen la esperanza de juntar algo de dinero en los campos agrícolas.

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