Francisca Meza Carranza
Chilpancingo, 29 may (PlanB).- Tener la silla de ruedas correcta y saber su manejo ofrecer una independencia a su usuario mayor a la que pudiera parecer, sin embargo, los programas asistencialistas para personas con discapacidad motriz han repartido durante años las clásicas sillas ortopédicas que a la larga resulta un gasto mayor.
Las sillas ortopédicas resultan adecuadas, principalmente, para personas recién operadas o adultos mayores sin embargo podrían resultar obsoletas para las personas que aún con lesiones que les dificultan la movilidad pueden llegar a ser funcionales.
Sumado a ello estas personas con discapacidad también se enfrentan con una arquitectura poco inclusiva, lo que complementa la definición de la discapacidad descrita por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pues son las barreras que impiden su participación plena y efectiva en la sociedad.
El instructor de uso de silla de ruedas en Guerrero, Gerardo Sierra Espinobarros, resalta la importancia que tiene para las personas con discapacidad moverse por sí mismas, y considera que es necesario que el gobierno voltee a ver la funcionalidad que se logra con ello.
“Realmente te cambia la visión, la forma de ver la discapacidad como tal porque muchos de nosotros creemos al momento de adquirirla que ya nuestra vida se terminó, que ya no vamos a poder movernos, que vamos a necesitar de una persona que siempre nos esté apoyando, pero cuando aprendes todas estas técnicas y herramientas es cuando te cambia la visión y empiezas a retomar el control de tu vida”, expresó.
Él mismo, comparte con Plan B, permaneció encerrado en su domicilio en Tlapa por 8 años luego de haber adquirido su discapacidad motriz a los 17 por una bala que le dejó una lesión medular completa a la altura de la vértebra 10 del tórax (T10), que le impide mover sus piernas.
Un día en Gerardo descubrió en un programa de televisión que existía la oportunidad de poder moverse y ser independiente gracias al manejo de silla de ruedas como lo pudo comprobar en la asociación civil Vida Independiente México (VIM), con la que ahora colaborar desde Guerrero.
Durante las capacitaciones en la Ciudad de México, primero como aprendiz, y luego en otros estados, como instructor, se percató que había poca participación de personas de Guerrero lo que lo motivó a buscar personas con discapacidad motriz que pueden lograr más.
Ahora ha adoptado la frase de VIM “Domina tu silla, decide tu vida” y participa junto con otros representantes de ciudades como Zihuatanejo, Tepecoacuilco y Acapulco en las clases de manejo de silla de ruedas.
Además de Tlapa Gerardo ha acudido con sus compañeros a municipios como Malinaltepec, Tlalixtaquilla, Alpoyeca y Chilapa, entre otros, y han logrado la capacitación de unas 150 personas además de la donación de unas 80 sillas de ruedas activa y unos 40 cojines de gel, para evitar las úlceras por presión.
Actualmente Gerardo Sierra trabaja en la capital de Guerrero para conformar un grupo de usuarios de sillas de rueda, pues considera que Chilpancingo es un escenario para que políticos y gobernantes volteen a ver la funcionalidad de las sillas de ruedas y su uso, el cual no es enseñado por fisioterapeutas y es difícil que se logre con las sillas ortopédicas.
Compara que una silla ortopédica cuesta al menos 3 mil pesos pero se pueden estropear en meses, cuando las sillas de modelo activas van desde los 13 mil 500 pesos pero con un buen mantenimiento duran entre 8 y 10 años.
A la fecha ha encontrado puertas cerradas pues con el modelo de Vida Independiente México, que es apartidista, se debe contar con la colaboración e inversión para lograr que un curso de la sede nacional llegue al estado de Guerrero y en estos mismos se logra la donación de decenas de sillas de rueda activa.
El instructor hizo un llamado a personas que deseen aprender el manejo de silla de ruedas a acudir a las prácticas que actualmente llevan a cabo los domingos a las 5 de la tarde en el zócalo de Chilpancingo.
Informó que la instrucción empieza desde lo básico como rodar y subir rampas, y conforme avanzan incrementa la complejidad; dijo que incluso se enseña como caer y evitar lastimarse, además de vencer un poco las barreras arquitectónicas existentes.